Resumen

Con un zoom del ojo de Alex, el narrador, que muestra una enorme pestaña postiza, se nos sitúa en una Gran Bretaña futurista donde él y sus tres drugos [amigos] salen cada noche para hacer uso y disfrute de la ultra-violencia más impactante. Apalean vagabundos. Violan mujeres. Asaltan casas. Roban y humillan a las víctimas de sus continuos ataques, con el único fin de autoafirmarse en su supuesta superioridad. Esta banda, sin ética ni moral, y cuyo único lema podría ser “si quiero algo lo cojo, si me apetece hacerlo, lo hago”, sin más preocupaciones ni ambiciones, tienen, sin embargo, una especie de situación jerarquizada en la que Alex se sitúa como el jefe de la banda. Esta modo de vida cambiará para él cuando sea traicionado por sus drugos y sus huesos acaben en una cárcel de alta seguridad, de la que no perderá la oportunidad de salir al presentarse a un nuevo tratamiento en experimentación del gobierno en el que, con dos semanas de tratamiento, hará desaparecer toda esa maldad innata que en su interior guarda. Sin embargo, cuando termina el tratamiento y lo dejan “libre”, la sociedad no se ha olvidado de sus múltiples crímenes y clamará venganza.

Comentario

En la película vemos que Alex  hiperagresivo con dos pasiones: la ultra violencia y Beethoven. Al frente de su banda, los drugos, los jóvenes descargan sus instintos más violentos pegando, violando y aterrorizando a la población.

CONDICIONAMIENTO

El condicionamiento que se le aplica a Alex en esta naranja mecánica, está basado en los famosos experimentos de Paulov en la que un estímulo incondicionado y una respuesta incondicionada son tratados para obtener actuaciones condicionadas mediante el tratamiento de un estímulo neutro. En el caso de los perros, se tocaba una campanilla cada vez que iban a alimentarse, se comprobó que esos perros, cada vez que escuchaban el sonido de la campanilla, tiempo después, comenzaban a salivar directamente.

En el caso de Alex, le era inyectada una droga que le producía nauseas y las sensaciones más desagradables que uno pueda imaginarse. Posteriormente, para que asociara esas sensaciones a lo que sus ojos le mostraban, lo obligaban a ver secuencias de extrema violencia.